Este componente
recoge lo que se considera una de las funciones más claves de la institución
educativa y su razón de ser: asegurar las competencias de los estudiantes. En
este apartado se indaga por los elementos estructurales de la gestión
académica, los aspectos básicos de las prácticas de aula, el seguimiento y
evaluación. El análisis de este componente se realiza a partir de tres
dimensiones o aspectos:
En primer lugar, el diseño curricular que básicamente hace referencia a
aquellos aspectos necesarios para dar soporte, pertinencia y coherencia al
trabajo de aula: plan de estudios, enfoque metodológico, evaluación, recursos
para el aprendizaje, jornada escolar.
En segundo lugar, las prácticas pedagógicas que en esencia se relacionan con
aquellos aspectos que amplían la capacidad de la institución para el desarrollo
de su propuesta educativa en un marco de innovación e investigación, ellos son:
la relación pedagógica, la planeación en el aula, el estilo pedagógico y
evaluación en el aula.
En tercer lugar, el seguimiento académico que se ocupa de analizar las
estrategias mediante las cuales se lleva acabo el monitoreo del proceso de
enseñanza-aprendizaje de tal manera que los resultados de los estudiantes sean
una fuente de retroalimentación tanto del desarrollo de sus competencias como
de la gestión escolar en su conjunto. Para ello se analizan: el seguimiento al
ausentismo, el seguimiento de resultados académicos, el uso pedagógico de la
evaluación externa, actividades de recuperación y apoyo pedagógico.